Cruzaron la línea que separa a un gobierno de un grupo de bandidos


Por María Inés Zigarán

El Kirchnerismo, para deslegitimar al gobernador de Jujuy Gerardo Morales, promovió un golpe de estado en Jujuy. Fueron militantes de sus organizaciones quienes descargaron toneladas de piedras sobre la Legislatura de Jujuy, pretendiendo evitar la sesión de una Convención Constituyente, causaron graves daños a integrantes de la Policía y vandalizaron negocios y casas particulares en distintos lugares de la ciudad. 


Luego montaron una campaña para hacer creer a las comunidades aborígenes de que la Constitución reformada ponía en peligros sus territorios o sus derechos y montaron un conflicto al que sumaron sus militantes rentados y la mano de obra barata de la extrema izquierda. Organizaron cortes de rutas nacionales con gravísimas consecuencias sociales, pérdida de una vida humana y numerosos heridos, daños a la producción y al comercio y pretenden provocar un fracaso de la temporada turística de la que viven miles de jujeños. Sumaron a personas locales a las que les abonaron $ 5000 y les aseguraron carpas y comida. También organizaron y participaron en ataques a autoridades legítimamente constituidas de quebrada y puna, diputados, intendentes, concejales, comisionados de la región. 


El presidente Fernández recibió en su despacho a una delegación de quienes cortaban las rutas en Jujuy y el Ministro Aníbal Fernández se ufanó estos días en Jujuy de que la Gendarmería Nacional no iba a actuar frente a los cortes, que no podía remediar la Policía de Jujuy por ser rutas nacionales. 


Con ello cruzaron la línea que separa a un gobierno de un grupo de bandidos. Alberto Fernández, además de haber sido el peor presidente de la historia, termina el mandato como jefe de una banda que promueve, organiza y reivindica la comisión de delitos en una provincia. Y tiene a Aníbal Fernández como garante de los delitos que están dispuestos a cometer y tolerar. El Ministro de Seguridad se ha convertido en el Ministro del caos. 


La presencia de Aníbal Fernández en nuestra provincia tiene el verdadero propósito de alimentar el clima de confrontación y enfrentamiento. Porque la violencia está en el ADN del kichnerismo, y hay sobrados ejemplos de esto en la conducta patoteril de este Ministro del caos y de los funcionarios que integran el Frente de todos que está de retirada.
Nada de esto, sin embargo, opaca las grandes transformaciones que ha protagonizado el Gobernador Morales y el gobierno de Jujuy. Es el camino que la sociedad jujeña respaldó varias veces en las urnas y que seguirá respaldando en las próximas elecciones.


En cuanto a las tragedias que ocurren en las rutas de Jujuy, responsabilizamos a Aníbal Fernández por incumplimiento de sus deberes como funcionario público. 
Hay algo que estos bandidos tienen que saber: los jujeños y las jujeñas no le temen a estas tácticas siniestras. 
Instamos a todo el pueblo argentino a defender la paz, proteger la democracia y apostar por el progreso y la prosperidad. Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales son quienes los van a garantizar.